lunes, 6 de junio de 2011

CANTERA, CARTERA y CARRERA


Rubén Israel, el nuevo técnico uruguayo que está ahora a cargo de la Selecta Cuscatleca, dijo poco después de ser nombrado en su nuevo cargo que “los salvadoreños están intoxicados del fútbol español”.   Puta, y ¿cómo no?  ¡Si nos gusta el fútbol!  Y pocos pueden atreverse a discutir que el fútbol español es el mejor del planeta en estos momentos.
Me acuerdo que en los 90s, estábamos también “intoxicados”, pero con el fútbol italiano.  Era la época del A.C. Milán de ensueño.  Aquel equipo con el que Capello se consagró como técnico y que tenía en sus filas a leyendas de la talla de Gullit, van Basten y Rijkaard.  La única razón por la que aún no seguimos “intoxicados” con el Calcio es netamente mercadológica, y es que irse a tomar unas cervezas con unos cócteles a las 8:00 am de un domingo como que no se puede… o al menos, no se debe.  (Aunque varios de nosotros creo que ya lo hemos hecho).
Luego, ESPN empezó a transmitir en Latinoamérica a principios de este milenio la Liga Española, y el horario de La Liga de las Estrellas resultaba perfecto para mejorar la rentabilidad y proliferación de los nunca bien ponderados bebederos de nuestro país.  Seamos sinceros, es raro el bolo al que no le gusta el fútbol… y más raro aún, al que no le gusta la compañía.  Entonces ¿qué pasó?  Pues la gente empezó a reunirse mientras veían fútbol Español.  Primero, todos los locales tenían pantalla gigante, después plasmas y ahora Sky… entonces, así como que por osmosis, la pasión por la Liga empezó a contagiarse.
Como casi todo en nuestro país, las alternativas de a quien apoyar estaban polarizadas…  o eras del Barça o eras del Madrid.  Claro, la mayoría sabía poco o nada de las otras alternativas, y la gracia de ver fútbol para la gran mayoría está en querer que tu equipo gane o que el del vecino pierda.  Había que ir con alguien para sentirle el gustito.  Así, algunos se empezaron a tornar fanáticos del equipo que tenía cantera y otros, del que tenía cartera.  Cantera vs. Cartera. Presente vs. Historia.  Catalanes vs Españoles.  Los anti-sistemas vs. El Establishment. Barça vs Real.  Como dije antes:  Polarizados.
La cosa es que en España hay solo dos equipos verdaderamente grandes, y ambos cuentan con estilos administrativos diametralmente opuestos.  ¿Cuál es mejor?  Honestamente, para mi los dos son válidos.  Ninguno es más noble que el otro o mejor.  Al final, me atrevo a decir que es una cuestión de ciclos.

LA CARTERA:
El Real Madrid, por su exitosa historia, logró cultivar una base de aficionados a través de varias generaciones, que como resultado le dieron un gran poder económico al club.  Ese gran poder económico se usó para fichar grandes figuras y la lógica nos dice que las grandes individualidades arman grandes equipos.  En la mayoría de los casos, así es.  Ahora bien, cuando se tiene mucho dinero y se ficha a muchos jugadores, se corre el riesgo de acabar en tus filas con el ocasional paquete que no rinde lo que se esperaba de él, y el Madrid ¡vaya que ha tenido varios! 
Pocos se acuerdan, o mejor dicho, pocos se quieren acordar de Robert Prosinecki, Freddy Rincón, Jonathan Woodgate o Nicolas Anelka.  Todos ellos tuvieron como casa el Bernabeu, y no dejaron una estela de recuerdos muy agradables en los aficionados merengues.  Sin embargo, el Madrid también ha tenido unos aciertos que se recordarán por siempre.

Ningún verdadero amante del fútbol puedo olvidar o hablar demasiado mal de jugadores de gran categoría, aunque estos jueguen en equipos rivales.  A eso precisamente apela la filosofía del Real Madrid: “si hay una estrella que todos los demás quieren, se tiene que vestir de blanco”.  Siguiendo esa manera de pensar, en las filas Madridistas han defilado leyendas como Alfredo Di Estéfano hace más de medio siglo (que como dato curioso, nunca jugó un Mundial), poco después los “Ye-Ye”, con figuras como Pachín, Manuel Sanchís y Zoco, hasta “galácticos” más recientes como Zinedine Zidane durante de la década pasada o Cristiano Ronaldo en la actualidad.  Jugadores de ese nivel, que son los que recordará la historia, son los que hacen que los aficionados compren camisetas, llenen estadios, vean partidos por la TV y hereden el fanatismo a las generaciones que vienen… y todo eso, genera dinero a la entidad para la que juegan.
En resumen, la fórmula del Madrid es bien sencilla:  “compro lo mejor, gano todo lo que se pueda y vuelvo a comprar”. 
Eso sí, el Madrid no ganó siempre todos los títulos, pero porque en esto del fútbol existen los ciclos, y todo buen ciclo llega a su fin.  En esos fines de ciclo del Madrid, aprovechaban ocasionalmente otros equipos para alzarse ocasionalmente con uno que otro trofeo.  El que lo hizo con mayor frecuencia durante el siglo pasado fue el Barcelona, y como es lógico, se volvió el archi-rival del equipo Merengue… por eso, y por un montón de cuestiones político-sociales que son para nunca acabar.

LA CANTERA:
Durante los 70s, el Barcelona fichó a alguien que cambiaría la historia del club Catalán:  el holandés Johan Cruyff.  Cruyff era el buque insignia de la Naranja Mecánica, aquella selección Holandesa que a mi juicio es el equipo con más mala suerte del mundo.  Perdió dos finales de un Mundial de manera consecutiva por el simple hecho que le tocó jugar contra el equipo anfitrión las dos veces.  Primero, contra Alemania en el 74’ y luego, contra Argentina en el 78’.  Aún habiendo perdido las dos Copas del Mundo en el último partido, era sin lugar a dudas el equipo del momento, el que más bonito jugaba al fútbol, el que los demás querían imitar, eran “la vara” contra la que todas las potencias mundiales se medían.  Algo así, como el Barça de ahora… y cualquier parecido, NO es pura coincidencia.
El Barcelona apostó no solo a Cruyff como jugador, sino a él como el percusor de una nueva filosofía que buscaba cosechar a futuro jugadores de primerísimo nivel “hechos en casa”.  Esa plantación de jóvenes talentos se llamó La Masía, y fue sembrada en 1979 en una casa vieja en Catalunya, vieja hasta para los estándares europeos (construida en 1702 según Wikipedia).
Este proyecto del Barcelona, de crear sus propios jugadores, fue tomado bien en serio.  Tan en serio se lo tomaron, que ha pesar que el club tuvo cambios de directiva, entrenadores y jugadores emblemáticos con el pasar de los años, el proyecto siguió.
Tomaban a niños desde la infantil, y los hacían jugar igual a como jugaba el Barcelona de la primera división.  4-4-3.   Esto se hacía con la intención de que a medida los niños se fueran volviendo adolescentes y eventualmente jugadores profesionales, supieran exactamente lo que se esperaba de ellos como jugadores.  Así, las jóvenes promesas no solo se volvían buenos futbolistas y punto, sino que se volvían buenos futbolistas para el Barça, más que para nadie más.
¿Funcionó el proyecto?  Veámoslo en números de los últimos 20 años:
Ligas:
Real Madrid = 6
Barcelona = 9
Champions:
Real Madrid = 3
Barcelona = 4
Copas del Rey:
Real Madrid = 2
Barcelona = 3
Total de Títulos:
Real Madrid = 11
Barcelona: = 16

Sería irresponsable decir que el Barcelona tiene una gran superioridad por sobre el Real Madrid.  Los números no mienten, y nos dicen que sí, que el Barcelona ha sido superior durante las últimas dos décadas, lo suficientemente superior como para decir que el proyecto funcionó, pero no para decir que el Real Madrid ya es el segundón de España.  Ahora bien, lo interesante del tema es que la cantera del Barça no solo funcionó, sino que está funcionando.  Hago hincapié en que “está funcionando” es presente, lo que significa que no ha terminado, sino que como cualquier buen proyecto, sigue y va a seguir durante muchos años más.
Sin lugar a dudas, la continuidad del proyecto canterano del Barça, pone a temblar a los Madridistas, y la razón es muy sencilla.  Si el Barça sigue por este buen camino, dentro de 10 o 20 años más va a tener una cantera aún mejor que la actual, pero también tendrá una cartera más grande que la del Real Madrid.  ¿Por qué?  Porque habrá alcanzado el éxito que alcanzó el Madrid el siglo pasado, y ya vimos que con las figuras y los títulos, vienen inevitablemente los fanáticos, y con los fanáticos, viene el billete.  ¿Se imaginan un Barça que es capaz de crear a un Messi y de fichar a un Cristiano Ronaldo?  ¡Uf!  Si yo le fuera al Real Madrid, estaría muy, pero muy nervisoo.
Pero bueno, hay que saber que el proyecto de La Masia no rindió frutos de manera inmediata, era absurdo esperar que así lo haría.  Sería estúpido pensar que el Barcelona iba a hacer debutar a niños de 12 o 13 años, dos años después de empezar con esta aventura.  Los frutos de la cantera del Barça se vieron de manera tangible quizás diez años después de haberse puesto en marcha la operación.  Y ahora, 30 años después de estar funcionando, es una indiscutible fábrica de estrellas. 
30 años no es lo mismo que 30 días, así como 30 millones de Euros no es lo mismo que 30 mil dólares… y es en esas titánicas diferencias medibles en números, donde radica la principal diferencia entre hacer las cosas con Cartera, Cantera, o a la Carrera.

LA CARRERA:
Volvemos donde empezamos, y es con el señor Rubén Israel.   Acá, en mi querido El Salvador, dicen que comenzó “otro proyecto” en lo que a nuestra selección nacional se refiere.  ¿Ustedes que creen?  ¿Empezó de verdad otro “proyecto”?
Proyecto, por definición es: “Plan y disposición detallados que se forman para alcanzar un objetivo”.  Y la verdad, con la mano en el corazón, reconozcamos que lo de la Selecta no es, ni jamás ha sido, un proyecto.  Primero, porque no hay plan.  Segundo, porque no hay disposición detallada de nada.  Y tercero, porque no hay objetivos definidos.
Claro, pudiéramos decir que el objetivo es llegar al Mundial, pero la verdad, no se aprende a correr sin haber aprendido a caminar.  Primero tenemos que apuntar a muchas otras cosas más.  Los objetivos, ya sea en el mundo de las empresas o en el fútbol, se tienen que definir en base a tres cosas:  Tarea, Propósito, y Tiempo.
El Objetivo General, creo que todos estamos de acuerdo, es: “Llegar al mundial”, pero para poder clasificar, hay que dibujar una serie de objetivos específicos que nos permitan ostentar el título de Mundialistas.
Por ejemplo:  “Colocaremos a 6 jugadores de la selección mayor de fútbol en diferentes ligas internacionales alrededor de Latinoamérica (Tarea), buscando que éstos alcancen su máximo potencial estando expuestos a un constante fogueo de un nivel futbolístico superior al del campeonato doméstico (Propósito), en los próximos 3 años (Tiempo)”.
Si tuviéramos una media docena de objetivos realistas bien planteados, todos fijados con la intención de lograr alcanzar el Objetivo General, entonces pudiéramos hablar de “proyectos”.  En la actualidad, lo que tenemos, son llantas de repuestos en todas partes, un montón de extinguidores que buscan apagar incendios en todas las esquinas de nuestro fútbol, y una caja de curitas, cuando lo que tenemos es cáncer.
Creo que es obvio que no tenemos dinero, por lo tanto no podemos solucionar nuestros problemas comprando soluciones.  Definitivamente no existe fútbol base, por lo que sería fantasioso esperar que por ahí nazca reencarnado el Mágico González Jr., por lo que tenemos que descartar la Cantera.  Y entonces ¿qué nos queda?  Pues lo único que hemos tenido desde que yo tengo uso de razón:  La Carrera, y así, no llegaremos a ningún lado.
Bien decía Albert Einstein, que creo que de bruto no tenía un pelo:  “No se pueden esperar resultados distintos, si siempre se hace lo mismo”