miércoles, 19 de mayo de 2021

Cacería de Brujas

El pasado 1ro de mayo, el gobierno de El Salvador dio un paso más rumbo a la tan ansiada dictadura que pretende establecer en nuestro país el Presidente Nayib Bukele.


Me llamó la atención ver a un montón de gente sorprendida ante lo que sucedió en la Asamblea, pero en lo personal, lo sucedido no me sorprendió en lo más mínimo.


Era predecible.


¿Por qué era predecible?  Porque si existiera un manual para volverse dictador en Latinoamérica, Bukele se lo ha memorizado.  Y hoy, se está volviendo co-autor de este manual junto a Chávez, Maduro, los Castro (los de Cuba y los de El Salvador), Evo, Ortega y otros que se embriagaron de poder y quieren perpetuarse en él para hacerse millonarios mientras manejan el país como una finca... y en nuestro caso, como un kinder.


Más que lamentarnos por lo que sucedió el 1ro de Mayo, debemos empezar a prepararnos para el siguiente paso del manual.


Si bien, muchas de las prácticas del Manual del Dictador son esfuerzos constantes, lo que ahora se viene en El Salvador con más intensidad es la persecución de las voces disidentes.


Esta persecución se hará con varios objetivos en mente:  debilitar aún más a la oposición, silenciar a la sociedad civil por miedo a las consecuencias, levantar cortinas de humo ante la mala imagen del gobierno en el extranjero, hacer ver su gestión como diferente y más honesta que las anteriores y por supuesto, seguir alimentando la llama del odio y la sed de venganza dirigida a un “enemigo del pueblo”, para así, tener distraído y entretenido al salvadoreño, mientras lo siguen engañando.


Cuando maneja el ejecutivo, el judicial y el legislativo, el dictador puede perseguir a quien quiera.  Y más si a eso le agregamos un control casi total del cuarto poder, la prensa, contando con una aparato comunicacional multimillonario manejado desde el gobierno, y además, una PNC sumisa y politizada y unos militares que sirven a un individuo, porque se les olvidó que debían servir a su patria y a su Constitución.


Se viene la cacería de brujas.  


Una cacería en la que cualquiera de nosotros podremos ser condenados a la hoguera.  A algunos, nos echarán encima ministerios enteros para intimidarnos, a otros nos tratarán de meter presos, y no faltarán los trolles que van a atacar en redes sociales a todos los que valientemente nos rehusemos a quedarnos de rodillas, y sigamos alzando nuestra voz.


Preparémonos.  Sepamos lo que viene.  Apretemos los dientes para luchar con valentía por nuestra patria, y sepamos que en esta cacería no están detrás de las brujas, sino que es una bruja, la que está detrás de todos nosotros... y el próximo, podés ser vos.


viernes, 7 de mayo de 2021

El Tiempo de los Valientes

Se viven momentos bien convulsos hoy en El Salvador.  Hay mucha incertidumbre, mucho odio y sed de venganza, mucha especulación de qué se viene y una polarización tan inédita, como dañina.


Unos aplauden felices mientras se carcajean de manera coordinada de todo lo que está pasando.  Otros, divididos y desorganizados, se preocupan e indignan por lo que ven que sucede, y no saben qué hacer para cambiar el rumbo en el que vamos.


La mayoría de empresarios guardan silencio y quién sabe qué y con quién hablan detrás de la cortina.  Los movimientos y organizaciones de sociedad civil sacan comunicados condenando lo que pasa, y mencionan en sus publicaciones a organizaciones internacionales como esperando que de afuera alguien tire un salvavidas al país para que no nos ahoguemos.  La mayoría de políticos de oposición o tienen miedo, o algo han transado, o están divididos o tienen la cola pateada por lo que han hecho antes.  Y la mayoría de personas naturales que escriben algo en redes sociales, ven como sus posteos se llenan de insultos, burlas y amenazas, y poco a poco, aunque no pierdan su convicción, pierden las ganas de seguir alzando la voz ya sea por miedo o por falta de eco.


No es un buen momento en El Salvador para ir en contra del Estado siendo parte de una minoría que tiene enfrente a militares, policías y ahora, hasta al sistema judicial en contra.


El autoritarismo y la emotividad infantil con la que estamos siendo gobernados, hace que cualquiera piense dos veces antes de meterse a llevarle la contraria a un Presidente que es tan popular, como lo es inmaduro.  Que es tan hábil, como lo es falto de principios.  Que es tan carismático, como inescrupuloso.


No tengo dudas de que en El Salvador hay gente inteligente y bien preparada.  Pero lo que siento que le falta hoy a nuestro país, es más que nunca, gente valiente.


Hoy es el momento en que debemos decidir si nos quitan el país, y nuestra frágil democracia, mientras nos quedamos de rodillas mirando hacia el piso, esperando que un tirano nos dé el tiro de gracia, o si luchamos y peleamos por lo que sabemos que es correcto, de pie y con la frente en alto, defendiendo los principios con los que nos criaron.


Si hacemos lo primero, es solo cuestión de tiempo.  Tendremos una dictadura inevitable que irá de mal en peor.  Si hacemos lo segundo, quizás acabamos igual, pero al menos existe la posibilidad de revertir la situación y sin duda, nos quedará la satisfacción de haber hecho algo por la patria, por lo que es correcto, y por defender los principios que nos definen.


Sí, la historia eventualmente juzga a los dictadores y a los corruptos, pero también define quiénes fueron cómplices y cobardes.  Y cuando la historia me juzgue a mi, un salvadoreño más, quisiera estar del lado de los que fueron juzgados como uno de los valientes que no se calló y que nunca dejó de ir en contra de una corriente oscura y criminal... así bien me ahogue en el intento.