domingo, 6 de octubre de 2019

LOS NUEVOS ESCUADRONEROS

Los tiempos de guerra en El Salvador fueron complicados.  Aún hoy, casi 30 años después de que se firmó la paz, hay heridas que siguen abiertas y resentimientos que siguen estando a flor de piel.

Aún así, pocos hoy en día hablan de la guerra, y a más joven el salvadoreño con el que platicás, te das cuenta que menos comprenden lo que sucedió o las causas que provocaron un conflicto armado que duró más de una década y que dejó alrededor de 75,000 muertos.  No es culpa de los jóvenes.  Es culpa nuestra por querer olvidar algo que nos duele.

Esto es triste, más si recordamos la famosa frase de Napoleón Bonaparte que decía “Aquel que no estudia su historia, está condenado a repetirla.”

Menos mal, hoy en día la mayoría de los problemas políticos no se solucionan con balas.  Buenos, al menos no con balas de plomo.  De eso, es de lo que hoy escribo.

Son muy conocidos, aún hoy en día, los infames Escuadrones de la Muerte de la ultra derecha salvadoreña durante el conflicto.  Estos eran grupos paramilitares que se dedicaban a silenciar mediante la vía armada a las voces opositoras pertenecientes al movimiento comunista que se quería instalar en El Salvador en los 70s y 80s.  Menos conocidos, pero igual de reales, fueron los Comandos Urbanos, el equivalente a los Escuadrones, pero de la izquierda radical armada.

“Lo mismo que le provoca a alguien mínimamente ligado a la izquierda escuchar el término Escuadrón de la Muerte, le provoca a alguien mínimamente ligado a la derecha escuchar el término Comando Urbano”, me dijo Geovanni Galeas, ex miembro de la guerrilla salvadoreña, y actual asesor del presidente salvadoreño Nayib Bukele, cuando tuve la oportunidad de entrevistarlo para la trilogía documental El Salvador:  Archivos Perdidos del Conflicto.

Viéndolo en retrospectiva, estos grupos tenían dos objetivos principales.  El primero, como lo mencionaba antes, era eliminar a la oposición.  No importaba que fueron intelectuales, financistas, simpatizantes relevantes o combatientes.  Si existía una figura que estaba “del otro lado”, pues se lo quebraban en un intento de debilitar al enemigo.  El segundo gran objetivo, era mandar un mensaje claro, inequívoco y contundente al contexto nacional: “Si te metés en este desvergue, ya sabés lo que te va a pasar”.

Lo hacían los dos lados.  Unos más asolapados que otros.  Unos más preocupados de su imagen a nivel internacional, otros priorizando la táctica que sus relaciones públicas.  Ambos, creyendo que el fin justificaba los medios.

Hoy en día, como siempre, hay gente que apoya una ideología, un partido o un movimiento, y hay gente que está en contra.  Eso es normal, y si me preguntan a mi, es sano.  Se llama democracia, y aunque no es perfecto como sistema gubernamental, es lo menos malo que la humanidad ha probado.  Bien dijo en su día Winston Churchill, ex Primer Ministro de Gran Bretaña y Premio Nobel a la Literatura: “La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás.”  Comparto su opinión.

En la frágil y relativamente tierna democracia en la que vivimos los salvadoreños, es fácil caer en la tentación de repetir nuestra historia.  Somos intolerantes.  Nos cuesta aceptar y sobretodo respetar a los que piensan diferente a nosotros.  Muchos creen que cuando alguien no piensa igual a nosotros, son rivales o peor aún, enemigos.  Igual que en la guerra.

Se nos olvida que lo más probable, es que todos lo único que queremos y con lo que más soñamos es con un mejor país.  Por eso, sustituimos el escuchar, con el pelear.  Priorizamos nuestras diferencias, a nuestras similitudes.  Reemplazamos el respeto, con el totalitarismo.

Menos mal, que hoy no usamos balas para solventar nuestras diferencias políticas, porque en la era de las redes sociales, donde todos podemos publicar nuestras posturas y creencias, todos estuviéramos muertos.

No usamos balas, pero las ganas de silenciar a los opositores, siguen existiendo.  A pesar de que en el pasado no funcionó el matar a los que pensaban diferente, sino más bien radicalizó a cada bando, hoy los políticos de turno quieren hacer lo mismo que en los 70s y 80s.  No matarnos literalmente en el sentido físico, pero si matarnos socialmente, o aniquilar la credibilidad de cualquier voz que se alza, con la intención de no tener oposición.

En El Salvador de hoy, si un periodista escribe un artículo de opinión o una pieza de periodismo investigativo con pruebas irrefutables, si un joven publica un tweet o una ama de casa escribe en su muro de Facebook una crítica o establece una posición en contra del gobierno, la primera reacción de los que apoyan al actual presidente es írsele encima para desprestigiarlo, humillarlo, o avergonzarlo.  A más relevante la voz que se alza, o en tiempos modernos, a más seguidores o resonancia en redes sociales pueda tener el crítico, más recios y organizados se tornan los ataques.

Yo no soy político, ni muchos menos una figura pública relevante, pero hablo con propiedad al decir que he sido tratado de esta forma.  Me han intentado amedrentar a través de la difamación, las calumnias y las mentiras.  Desde inventarse que yo he sido grabado insultando a miembros del actual gabinete, hasta insultar a mi valiente hijo de 6 años que lucha contra el cáncer desde que tenía 2.

La historia se está repitiendo.  A los que tenemos la valentía de fijar una posición basada en creencias y valores, nos están intentando silenciar.  Algunos han preferido la auto-censura para proteger a sus familiares.  Otros, están esperando que los demás se pronuncien para dar un tímido like o un retweet.  Tristemente, y más en la política actual, hay quienes hasta se hincan ante la temporal popularidad de quienes nos gobiernan para asegurar su continuidad.

En lo personal, soy una persona con principios inamovibles.  Abierto a los que piensan diferente, sí.  Pero no soy de los que se va a callar por miedo.  Al contrario, siempre he creído que si uno solo se rodea de los que piensan igual a uno, uno deja de pensar.  Por eso, hoy más que nunca, los leo a todos, y trato de entenderlos, sin buscar irrespetarlos.  Pero tampoco me puedo quedar callado lo que pienso.

Los trolles, que cobran un sueldo para intentar silenciar voces como las mías, o los que lo hacen de gratis por su nivel de fanatismo, les recuerdo que en el pasado, usando balas, no funcionó… y hoy tampoco va a funcionar.

Ustedes son los nuevos escuadroneros.  Ustedes son una historia repetida.

Pues ¿saben qué?  Yo también soy historia repetida.  Ustedes como los que quisieron silenciar voces que se alzaban, y yo, como una de esas voces que jamás se quedaron calladas.

Y sé que no estoy solo.

10 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo, igual siempre luchare por lo más importante....La libertad

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  2. Te salaste 20 años.
    La derecha (No ultra) utilizaba los medios de comunicación para hacer creer que el Fmln comía niños, que los periodistas desalineados no merecían credibilidad.

    Y también utilizaban troles como a Rafael Zaldivar y TCS para recrear MIEDOS de la guerra en tiempos de elecciones.

    Solo ha mutado el medio (el cual es en definitiva más democrático)...

    El modo escuadronero se reinventa cada década y quinquenio...

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  3. "Pruebas irrefutables" (sin mostrar ninguna), "popularidad temporal" (si y la decadencia de el fmln y arena es temporal tambien) sigan soñando, cada vez somos mas los que deseamos y nos encargaremos de politicamente desaparecer a arena y el frente, comparar escuadrones con los actuales patriotas que defienden el gobierno que eligieron de una horda de fanaticos de arena y el frente que desde que se postulo para presidente lo han atacado con cada mentira y acción despreciable como las que dices que te han echo a ti, la diferencia es que el se defiende y tiene el apoyo de el pueblo a un nivel que arena y el fmln nunca tuvieron.

    Sigue esa camino fanatico de mentiras defendiendo viejos poderes que solo dañaron el país, al final seras como la gente que defiende a Rodolfo Parker, una pequeña e insignificante secta.

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    1. Pero quien escribió jamás defendió o habla de partidos políticos y ud por que mete ese tema en una afirmacion de un salvadoreño que así siente su vida? Son ustedes los que no aceptan criticas wue barbaridad por eso creo que son troles o personas no pensantes

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    2. Exacto, Dañaron a nuestro País, que tanto ha sufrido, que tanto se ha vejado...

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  4. Don Gerardo, Desgraciadamente la reaccion de la mayoria de las personas (pueblo), no cree usted que es por que durante tantos años al pueblo se le ha tenido engañado y subyugado? antes, se hacia atraves de el poder militar para acallar las nuevas ideas, si eran contrarias a lo ya establecido. y despues de la guerra con todo un aparato de propaganda atraves de los medios de comunicacion y seguir subyugando al pueblo de esa forma, a un Pueblo que en su momento confio en sus gobernantes y fue defraudado. con esto en ningun momento quiero justificar los insultos y la intolerancia al pensamiento diferente, le pido disculpas por los insultos a su niño que es lo mas puro y amado que una persona tiene, no me disculpo por que yo lo haya insultado sino por que me considero parte de este pueblo. Y para mis compatriotas solo citar al Gran Mahatma Gandi “Sé el cambio que quieras ver en el mundo”. No agredamos al que piensa diferente, no tengamos miedo a las ideas sino tratemos de enrriquecernos con el pensamiento diferente por que nos hara pensar mucho mas y mejorar ese cambio que queremos para nuestro amado pais.

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  5. Estoy muy de acuerdo contigo y soy de el mismo sentir en el tema de la intolerancia y el nivel de intransigencia que se puede palpar en las redes sociales. tanto como los que apoyan a la nueva administración (como yo) como los que divergen, cuentan con un nutrido grupo de asesinos del civismo, del dialogo y el sano debate.
    Solo me gustaria hacer una observacion en cuanto a algo que percibí que creo se puede prestar a mal interpretación.
    Tu dices:  "A los que tenemos la valentía de fijar una posición basada en creencias y valores, nos están intentando silenciar". Pareciera que dices que los que estamos de el lado opuesto al tuyo no somos personas con principios y valores pero te comento que tambien nosotros somos personas de calidad moral con sanas creencias , principios y valores como tu,con principios inamovibles, y que talvez sean similares en forma solamente que estamos en diferente lado del espectro político. Gracias por tu análisis, muy acertado

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